LA VORÁGINE
Novela del escritor colombiano José Eustasio Rivera, publicada en 1924, que narra las peripecias de Arturo Cova en la selva amazónica -- un personaje que narra en primera persona su escape con una mujer hacia las entrañas del bosque tropical. Aunque la novela parece una historia de pasión, expone a lo largo de su trama las duras condiciones de vida de los peones durante la fiebre del caucho y los indígenas de la Amazonia esclavizados por los caucheros.
Uno de los personajes principales del relato es la selva tropical, una fuerza que termina absorbiéndolo todo. La Vorágine descubre en una vertiente naturalista que la intensidad de la lucha entre el ser humano y la naturaleza salvaje, esconde la explotación del hombre por el hombre y la destrucción simultánea de las personas y la selva:
¿Yo he sido cauchero! ¡Y lo que hizo mi mano contra los árboles puede hacerlo contra los hombres!
El problema no es el caucho, es una costumbre sistemática:
La costumbre de perseguir riquezas ilusas a costa de los indios y los árboles...'
La naturaleza se defiende, pero además es invocada por los oprimidos:
¿Por qué no ruge toda la selva y nos aplasta como a reptiles para castigar la explotación vil?
La selva no quiere aplastar a todos, acude en auxilio de quienes descubren sus milagros. Una palmera de cananguche ayudó a Clemente Silva a encontrar el camino cuando estaba perdido:
¿Sería cierto que la palmera encumbrada en aquel destierro, como un índice hacia el azul, estaba indicándole la orientación? Verdad o mentira, él lo oyó decir. ¡Y creyó! Lo que necesitaba era una creencia definitiva. Y por el derrotero del vegetal comenzó a perseguir el propio. Fue así como al poco tiempo entró en la vaguada del río Tiquié.
Contrasta con el desespero y la fe de las víctimas, la imagen civilizada de los líderes y empresarios de las repúblicas latinoamericanas que en realidad es la otra cara de la moneda de las bárbaras condiciones a que someten a sus pueblos:
¿Cómo pensar que nos apalearan, nos persiguieran, nos mutilaran aquellos señores de servil ceño y melosa charla que salieron a recibirlo en La Chorrera y El Encanto
El Estado es el cómplice necesario:
Hasta el gobernador negociaba en cucho... El gobernador de esta comarca es un empresario...
"Señor Juez cuando se desocupe de pesar el caucho, háganos el favor de abrir las oficinas...
A algún visitante (un biólogo francés) se le ocurre denunciar las violaciones de los derechos humanos:
"Estos crímenes que avergüenzan a la especie humana deben ser conocidos en todo el mundo".
Envió notas a Londres, París y Lima, acompañando vistas de sus denuncias, y pasaron tiempos sin que se notara ningún remedio...
La respuesta llega:
"¿Por qué pretende este aventurero ponerle pauta a nuestro negocio? ¿Quién le otorgó permiso para darlas de retratista?... ¡El infeliz francés no salió jamás!"
Desaparecido, desparecidos, drama que han vivido miles en toda Latinoamérica. La novela llega al corazón de la situación del continente, de los ecosistemas agredidos y de las gentes despojadas.
De ella dice Cedomil Goic en su Historia de la novela hispanoamericana que "es una de las más notables --si no la más notable-- de las novelas modernas hispanoamericanas y, desde luego, la más brillante y original de las novelas del período" que explora "las posibilidades de la novela naturalista" sin llegar a "la torsión grotesca y satírica".
JOSÉ EUSTASIO RIVERA
Escritor huilense (San Mateo, hoy Rivera, febrero 19 de 1888 - Nueva York, diciembre 1 de 1928). José Eustasio Rivera nació en el camino que iba de San Mateo a Neiva, en el seno de una familia modesta, de escaso poder económico y dedicada a distintas labores relacionadas con el campo. Su padre fue Eustasio Rivera, casado con Catalina Salas, matrimonio del que nacieron once hijos. Educado por religiosos, Rivera estudió en los colegios Santa Librada de Neiva y en el San Luis Gonzaga de Elías. Desde el colegio, sobresalió por sus habilidades para las matemáticas y las letras. Muy pronto comenzó a ser reconocido por sus poemas y sonetos. De 1906 a 1909 son los poemas "Gloria", "Tocando diana", "En el ara", "Dúo de flautas", "Triste", "Aurora boreal" y "Diva, la virgen muerta", este último dedicado a la memoria de su hermana Inés. Rivera desarrolló un estilo muy personal en el que se aproxima a la geografía Colombianaza. En términos generales, la totalidad de la obra de José Eustasio Rivera se encuentra relacionada con el sentido trágico de la vida.
En 1906 Rivera ganó una beca para ingresar a estudiar en la Escuela Normal de Bogotá. En 1909 se trasladó a vivir a Ibagué y trabajó como inspector escolar.
Escribió algunos dramas teatrales como Juan Gil. En 1917 se graduó como abogado con la tesis "Liquidación de las herencias". De una selección de más de 300 sonetos escritos desde su infancia en Ibagué, surgió Tierra de promisión.
Después de la muerte de su padre, en 1922, Rivera se trasladó a Sogamoso y comenzó a escribir La Vorágine. Por esta época fue designado secretario abogado de la Comisión Limítrofe Colombo-Venezolana, y el 19 de septiembre de 1922 partió con esta Comisión rumbo a Girardot. Siguiendo la ruta del río Magdalena abajo, pasaron por Barranquilla, Puerto Cabello, La Guaira y Puerto España. Entraron por el Orinoco hasta Ciudad Bolívar, antigua Angostura, y llegaron a Caicara a finales de octubre. Antes de la confluencia del río Meta con el Orinoco, en los raudales de San Borja, José Eustasio Rivera, cansado por el abandono en que los tenían los gobiernos de Colombia y Venezuela, decidió renunciar a la Comisión y continuó solo el viaje. El 20 de diciembre llegó a San Fernando de Atabapo, sobre la estrella fluvial del oriente que conforman las desembocaduras de los ríos Orinoco, Guaviare, Atabapo e Inírida.
PREGUNTA: De la Voragine, se puede decir que es una novela de corte: