La Reducción Fenomenológica
Se entiende por reducción trascendental un retrotraer, reducir (del latín: reducere) a la subjetividad toda la realidad del mundo, de la que ella es intencionalmente consciente. ¿Es posible esto?, ¿tiene sentido hacerlo?, ¿Qué se pretende con ello?.
En la actitud natural e ingenua, es decir, en la vida diaria nos encontramos en el mundo como sujetos de múltiples objetos: objetos materiales que percibimos con los sentidos, otras personas, las instituciones civiles, etc. Todo aquello con lo que nos relacionamos directamente o de lo que sabemos a través de otros, aparece en la actitud natural como si estuviera allí delante, como seres en si, que sencillamente son porque son. Las ciencias toman como punto de partida esta “tesis” de que las cosas son porque son y eligen sus temas en ese mundo de objetos, independientes del sujeto. Hagamos ahora el ensayo de suspender la “!tesis” de la actitud natural: supongamos que nada de lo que nos rodea exista por sí mismo, es decir, suspendamos la tesis según la cual las cosas “son” en sí independientemente de nosotros. La reducción trascendental consiste en suspender el “es” de la realidad en sí de todas las cosas del mundo.
Pero ¿Qué ocurre ahora? La suspensión de la tesis del “es” de las cosas del mundo me ofrece un nuevo campo de análisis: aunque ya no pueda decir: la mesa es, existe ahí delante, tiene ella misma tales y tales cualidades,…, sí puedo afirmar que tengo la vivencia de un ángulo coloreado de blanco que me permite constituir el sentido de mesa y que en mi conciencia intencional, prescindiendo de si la mesa existe en sí, puede presentarme las múltiples perspectivas, cuya síntesis se llama mesa: es decir, su color blanco, sus dimensiones, su superficie plana por encima, su superficie no pulida por debajo, que puede ser la madera sin pintar, etc.
También puedo presentarme como vivencias todos los posibles usos de esa mesa, y todas las posibilidades mesas con dimensiones múltiples, colores distintos, etc. Mas aun: el lado de la mesa que tengo realmente presente en mi vivencia me permite constituir la mes y esta a la vez el salón donde se encuentra y el salón el edificio, la calle, la ciudad, etc.
Este es el horizonte intencional en el que se dan todas mis vivencias y que en cierta forma me permite hablar de posibilidad de constitución de todo lo real a partir del análisis de mis vivencias y que en cierta forma me permite hablar de posibilidad de constitución de todo lo real a partir del análisis de mis vivencias intencionales, tales como las puedo describir en ese nuevo continente, descubierto gracias a la reducción trascendental, la conciencia. En ese horizonte intencional, y a partir de nuevo de mi vivencia del lado de la mesa, puedo presentarme al profesor que dicta la clase y a los demás profesores, al rector del colegio, a los otros colegios en los que hubiera podido estudiar, la universidad en la que quisiera hacer mi carrera, etc. El horizonte de la conciencia intencional va siendo ulteriormente determinado, pero su determinación fundamental es el ser indeterminado en cuanto siempre ulteriormente determinado.
El fenomenólogo se encuentra con que su campo de análisis es la objetividad, en cuyas vivencias encuentra la correlación de que se hablaba antes. El análisis de estas vivencias lleva finalmente a la pregunta por el yo de esas vivencias. Es el momento en que la fenomenología debe ocuparse del sujeto trascendental como actividad constituyente de sentido y ultima referencia del sentido de la realidad del mundo.
PREGUNTA: ¿en qué consiste la reducción trascendental?